Aprovecho para comentar que no me convencen las chimeneas estas que colocaron en el teatro de Carlos III:
Y la real bodega de Carlos III está bastante perjudicada, al menos en lo que se ve por afuera. Pero si queda lejos Aranjuez, el Cortijo ni te cuento…
A mí me gusta que le podamos seguir dando uso de mercado tradicional, yo mismo compro cosas de buena calidad allí, de hecho se venden productos de la zona. No quiero que lo conviertan en un parque temático para “guiris” como el de Madrid, que desplazarían al consumidor normal local. Esto es polémico, pero el turismo también tiene un efecto negativo que se ve por ejemplo en Venecia. Sí creo que se debería reparar un poco.
O sea, creo que se debe restaurar por nosotros, para nosotros, todo nuestro patrimonio.
En la obra de Conde Duque estuve yo en mi primer trabajo. Me dolía cada vez que retirábamos el revocó. Tengo que decir que en realidad era un enfoscado de cemento cutre pero bueno…lo de fresar fachadas enteras para mí no tenía sentido. Bienvenidos los revocos tradicionales.
Te pongo un ejemplo. El mercado del Este de Santander. Totalmente renovado y que compagina el comercio local con la restauración en su interior. En definitiva la intención es aportar más vida al mercado y que sea un espacio en el que se compran y se degustan los productos. Nadie quiere un parque de atracciones.
Con la tradición de la huerta, el mercado debería ser un nodo fundamental en la ciudad y ahora mismo no lo es. Fruterías como la “Huerta de Aranjuez” se sitúan fuera del mercado, porque su interior ya no es atractivo. Es un lugar oscuro y deshabitado.
En Madrid se dejó de hacer revocos durante mucho tiempo y como con todo, los inicios fueron torpes. Por fortuna en las últimas décadas algunos edificios lo han recuperado.
La reforma de Cano Lasso de Conde Duque tuvo errores y aciertos: Se recuperó el edificio para la ciudad, se hicieron un montón de exposiciones, conciertos, se abrieron bibliotecas… la rehabilitación fue poco fina, pero al menos el edificio transmitía lo que había sido en el XVIII, a pesar de los guiños posmodernos. Ahora, si no ves la portada de ingreso, difícilmente se adivina que estás ante un edificio que tiene casi trescientos años.
Son un atropello esas chimeneas.
Podría ser naïve, pero transmitía mucho más que la maqueta a escala 1:1 que disfrutamos en la actualidad:
No conozco el mercado de Santander, pero soy escéptico de la “gentrificación” y de esa visión tan de nuestra época de que el turismo es lo primero, no digo que sea la suya. Por otra parte no me da esa sensación tan negativa el mercado, la gente del pueblo lo utilizamos para comprar. Tampoco veo tan negativo el centro del pueblo en cuanto a que esté deshabitado, en eso no envidio el centro de Madrid. Lo que sí creo es que necesita una restauración a fondo.
Los jardines sí, pero los muros de uno de los lados tiene caídos muchos sillares. He ido hace apenas una semana.
Si, en general los sillares y ladrillos de los edificios históricos de Aranjuez y el Cortijo están destrozados.
Ni a ti ni a nadie. Hay que reconocer que la tarea de recuperación fue hercúlea, porque el edificio (salvo la fachada) se desmontó entero, elemento a elemento, incluyendo las viejas vigas de madera, las pinturas del techo, lámparas, palcos, etc… y se almacenó. Para más inri, las obras estuvieron paradas prácticamente una década y pico ante la supina desgana de todas las administraciones hasta que por fin se pudo reconstruir y montar como un mecano todos los elementos sobre una estructura nueva (tras su restauración).
¿El problema? Se ha recuperado el teatro de corte del XVIII, muy capaz para los guateques de los reyes con sus amigos, pero muy poco para ser un teatro económicamente viable hoy en día, por su poco aforo. Ahora, bonito es muy bonito… por dentro. Por fuera no me convence tampoco ni las chimeneas (son en realidad tragaluces) ni el color. Los rótulos con el nombre también se las trae… Teatro Carlos III de Aranjuez… Le falta un y V de Seseña a modo de coña, en lugar de un simple Teatro Real Carlos III (porque de Aranjuez ya se sabe que es)
Esos tragaluces podrían ser simples ventanas de techo o buhardillas.
A mí me encanta cómo es por dentro. Podrían “museizarlo” también, cobrar entrada por visitarlo. Recuerdo haber visitado el Teatro Real en Madrid también en plan museo.
En cuanto a lo del nombre, para nosotros es obvio, pero hay otro teatro Carlos III en El Escorial, aunque lo llaman Coliseo también.
Pues sí, pero el amigo Bayón tuvo un arrebato y nos colocó unas toberas de destructor imperial de la Guerra de las Galaxias.
El caso es que, como todo en esta ciudad, no se le saca rendimiento. Lo cachondo es que en el contrato original se hablaba de restauración, de dar cenas, etc… y aún no me he encontrado con nadie que haya cenado en esas magníficas salas.
Tener una tienda es otra opción, Tienda Del Real: Regalos para Amantes de La Ópera
¿Hay algún espacio reservado como tienda en el Real? Pensaba que la tienda era solo virtual.