Madrid: Movilidad Ciclista y VMP

Cuanto más uso la bici, más me parece que el discurso de Madrid y las cuestas tiene un pie en la realidad y otro en la exageración/tópico, especialmente después de comerme las cuestas de Oporto o Lisboa. Eso sí que son cuestas.
Que en Madrid hay cuestas, sí. Pero gran parte de estas se pueden o bien esquivar, eligiendo otra ruta, o bien subir con facilidad con asistencia eléctrica.
En Madrid la única cuesta impepinable que te vas a comer es la que genera el río, en caso de atravesarlo, claro. Y el peor desnivel es el que se localiza entre el cauce y el casco histórico/ensanche. Lo malo de fundar Madrid en un promontorio, qué se la va a hacer.
Ahora bien. Sabiendo que hay una desventaja orográfica, se podría fácilmente compensar empleando las capacidades técnicas que tenemos hoy en día. Podemos ir a lo menos plausible y levantar un viaducto entre Alto Extremadura y Plaza de España, a lo Palacios, o podemos crear una infraestructura ciclista protegida, segura y eficiente.
Y hago hincapié en estos tres conceptos, porque esto es lo que me encuentro cada vez que quiero subir del río en la bici:

Está la Av. Séneca, una calle de carril/sentido que opera como un nexo entre dos autopistas y parking de autobuses.
Paralelo, por el parque, un carril de tierra y grava.

El Paseo de Ruperto Chapí, por el Parque del Oeste, que comienza con un nudo autopistero y que cuenta con carril bici solo en algunos tramos.

También puedes acceder por las pasarelas del Parque de la Bombilla.

Usando la bici como transporte, no son las opciones más recomendables, al dar por el otro lado con la Casa de Campo.

Las más factibles, las que conectan las dos partes del río:

La Cuesta de San Vicente, con su turboglorieta, sus túneles de salida/entrada a la m-30, los autobuses, los cuellos de botella y los coches que se saltan la velocidad máxima.

La Cuesta de la Vega. Con o sin asistencia eléctrica, acabas con la lengua fuera. ¿Por qué es la que más utilizo yo? Porque es la opción más tranquila y la más directa.

Está también la Cuesta de Segovia. Un carril por sentido, demasiado tráfico, autobuses, vtc…

Si quieres subir en bici desde el río te encuentras con que tienes que decidir entre varias opciones a cual más desventajosa. Y hay muchas personas que decidirán no subir. Podemos ir a lo fácil y asumir que es por la pendiente. O podemos reconocer que las opciones que hay ni son seguras ni eficientes. Simplemente reformando la Cuesta de San Vicente a los estándares de este siglo y conectándola con Madrid Río la cosa daría un buen cambio.

Y ya otro capítulo serían las cuestas de Arganzuela.

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