Lo peor es que sí aportan, aportan fealdad.
Meter en el mismo saco los monumentos figurativos y este adefesio es pecado mortal
¿Algún cura en la sala que me pueda confesar?
A mi las plaquitas color oro, con el nombre de los deportados, que se han puesto en las aceras enfrente del portal donde vivieron, me parecen encantadoras, enigmáticas, conmovedoras y románticas .
Campo de Concentraciòn de Mauthausen, Austria
Fuente: Wikipedia
Un liberado,
Fermín Luis García, deportado en 1941,
Y un asesinado
Enrique Martínez Barona, deportado en 1941 y asesinado en 1942 en el Castillo de Hartheim, Austria
Castillo de Hartheim,
Fuente: Wikipedia
¿Y en la plaza de Colòn?; hay espacio de sobra; juntas Vaquero Turcios ,Plensa con el monumento a las víctimas .
El monumento constará de 5 piezas. Otra más:
Y un detalle de los nombres
Los monolitos con los nombres solamente, sin tanto cachivache chatarreril adosado, quizá sí tendría un pase, aunque por los pelos. Y se le podría incluir algún tipo de iluminación indirecta de noche. Quizá así la obra aportara cierto dramatismo. Ahora, la verdad, al verla lo primero que me viene a la cabeza es el hermano borracho de Cobi.
¿Pero esas estructuras tienen ya todos los acabados? ¿Van así, en crudo, con todas las soldaduras y juntas a la vista?
Demasiado agresivo y demasiados elementos, desproporcionados, para un espacio tan pequeño. Desde luego, el Ayuntamiento no acierta con los monumentos y no me refiero sólo a esta corporación, porque esto viene de la anterior.
Viene de muy atrás. Aún me acuerdo de la violetera…
Vaya monumento más poco agraciado.
El principal problema del arte moderno es la desconexión entre la idea del artista y lo que el ciudadano promedio espera del arte. Es arte para el pueblo pero sin el pueblo.
Y pagado por el pueblo…
No estoy de acuerdo. Las nuevas esculturas, fuentes y monumentos que más éxito tienen a nivel popular en Occidente son las que emplean un lenguaje contemporáneo: Cloud Gate de Kapoor y la fuente de Plensa en Chicago; Puppy de Koons en Bilbao; La escalera infinita de Olafur Eliasson en Munich; las arañas desperdigadas por todo el mundo de Louis Bourgeois; la fuente conmemorativa de la Princesa de Gales; The Vessel de Thomas Heatherwick en Nueva York…y en Madrid Julia de Plensa.
Compárese las fotos que hay en redes de la escultura de Julia y la vecina de Blas de Lezo.
La Violetera la encargo Tierno Galván como homenaje a Celia Gámez, el diseño lo encargo el alcalde Barranco y la instalo ya Rodríguez Sahagún.
Sin embargo mucha gente pensaba que era un encargo de Manzano
Julia es fotogénica e instragrameable por sus dimensiones, pero a mí artísticamente no me transmite nada. Además de que me da la impresión de que la técnica para construirla es como muy industrial, me pareció ver que se imprimían moldes y luego se montaban.
Exacto, el problema no es el arte moderno, es el arte moderno de mala calidad, y de eso aquí en Madrid, sobre todo a nivel de calle, sabemos bastante.
El arte contemporáneo hace maravillas, pero también un porcentaje muy alto de basura estéticamente horrible.
Por eso dije lo de muy atrás.
Falta refinar las soldaduras y la oxidación.
De momento es igual al proyecto presentado.
Podrían aprovechar y colocar este conjunto escultórico justo debajo del arco de Moncloa. Ganaría mucho por contraste.
eso no es así:
Este monumento fue encargado por el consistorio madrileño presidido por [Agustín Rodríguez Sahagún]
(Agustín Rodríguez Sahagún - Madripedia) en el año 1990, para inmortalizar la figura del compositor José Padilla,
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El deseo del alcalde Rodriguez Sahagún se tradujo en un proyecto de monumento, redactado en octubre de 1990. Incluso se tanteó la posibilidad de que junto a la estatua se pudiera escuchar la música que la daba nombre a determinadas horas del día.
Hace ahora seis meses, esta misma comisión encargó al escultor Santiago de Santiago un estudio que explicase las circunstancias en las que creó la estatua de La Violetera, tras duras críticas a su valor estético y todo tipo de especulaciones sobre su origen, incluida la de que era una reproducción de la cupletista Celia Gámez. La realidad es muy otra: la escultura fue encargada por el propio Ayuntamiento, en tiempos del alcalde Agustín Rodríguez Sahagún, como homenaje al músico José Padilla, informa la Fundación dedicada al compositor.
Tras la manifestación que reunió a un millar de madrileños junto al monumento, el entonces responsable de Cultura en el gobierno municipal, Juan Antonio Gómez Angulo, declaró en marzo de 1999 que ‘la Violetera tendría que estar en un parque’.