Yo siempre he pensado que la calle Alberto Aguilera y Carranza hasta Bilbao, son dos de esas calles que si redujesen carriles y ampliasen aceras, ganaría muchísimo, haciéndose mas amable para el peatón y dando un poco de vida a sus bajos comerciales, que la verdad… son bastante tristes hasta que llegas a Bilbao.
Quizá sea una de esas pequeñas cosas que ayudaría (en mi opinión) a quitar saturación al centro. No se como lo veis vosotros.
Y otra de esas calles que siempre he pensado en que también podría ayudar a quitar saturación es la calle Marques de Urquijo. Es bastante molesto pasar por ahí… y eso que es un barrio muy agradable.
Con el tema del ocio, yo veo un tema de percepción de la accesibilidad. Especialmente por la noche, mucha gente no va a salir a un sitio desde el que esté casi obligada a pillarse taxi a la vuelta o tener que quedarse hasta que abra el metro.
Si se cambiase la estructura de los buses nocturnos y hubiese múltiples cabeceras bien conectadas entre ellas, igual podríamos ampliar la oferta y los espacios de ocio nocturno a sitios como Goya, Nuevos Ministerios o Embajadores. Aunque igual a los vecinos no les hace mucha gracia.
Esta iniciativa del Gobierno regional se enmarca dentro de la estrategia autonómica para atraer turismo internacional y consolidarse en el circuito mundial de estos eventos musicales. Los asistentes podrán ver una presencia destacada de la comunidad dentro del recinto con un escenario propio.
Esto es lo que siempre he pensado, es mucha, mucha pasta para las ciudades.
Barcelona, con gobiernos diametralmente opuestos (al menos, de cara a la galería) a los de Madrid, lleva lustros hablando de frenar toda esta masificación turística haciendo (o diciendo que va a hacer) esto o lo otro.
El resultado: 0. Cada vez hay más y más.
Lo dicho: poderoso caballero es don dinero.
Pues de 1990 al 2000 la ciudad pasó de 10.300 habitaciones de hotel a 16.561.
Del 2000 al 2010 de 16.600 a 31.200.
Del 2010 al 2019 de 31.200 a 39.000, ya con la restricción en marcha.
Ahora, 4 años más tarde, siguen en unas 39.000. Sin la restricción hotelera tal vez estaría ya en 45.000, 50.000 o 60.000.
Los que han abierto no lo han hecho en zonas tensionadas, y parte de la oferta se ha desplazado a Hospitalet o Sant Adriá.
Y a saber el número de alojamientos turísticos, que aunque sea una ciudad bastante más pequeña, solía tener unos cuantos miles más que Madrid. De no haberse controlado tal vez serían miles o decenas de miles más.
No es solo el número de hoteles sino su concentración.
La Gran Vía podria acabar siendo un hotel detrás del otro, desde el primer número hasta el último, ¿hay algo que lo impida? Seguro que habría demanda de habitaciones y los números darían, pero ¿que ciudad sería esa?
Al final se va hacia el Strip de Las Vegas pero con arquitectura europea, similar producto con distinto envoltorio. Y luego nos las daremos de europeos sofisticados.
Mandarin oriental en PdG no tiene torre… Tiene un edificio chulisimo pero no se… A lo mejor lo que hay que hacer es viviendas chulísimas. Serían “prime” (de lujo) pero al menos serían viviendas.
Hay un elemento de nostalgia en la propuesta de prohibir la construcción de nuevos hoteles para tratar de conservar el centro de la ciudad como lugar de vivienda privada.
Pero es una nostalgia engañosa: los barrios “populares” del centro ya no van a volver, simplemente porque el precio de la vivienda los ha convertido en inaccesibles en los últimos 5-10 años.
Ante este escenario, se matiza un poco el aparente atractivo de la prohibición hotelera.
Desconozco el caso barcelonés, pero probablemente en Madrid hasta nos vendría hasta bien que el hotel tuviera mejores armas para competir al piso turístico (en los sectores de mercado donde se solapan),
aunque coincido en que lo idea sería que la oferta hotelera empezara a crecer más en otros barrios fuera del Centro + Ensanche + Castellana…