Por cierto, y esto es algo muy importante que gracias a Dios en Madrid no pasa, y si pasa, nunca es tan grave y profundo.
Me he puesto a analizar afimaciones que suelta el último vídeo del Museo de Historia de Barcelona. Es alucinante.
Realmente creo que es díficil asegurar un buen lugar y dirigir una comunidad hacia un futuro deseable… ignorando la historia. Peor, estableciendo una campaña totalmente institucionalizada que narra una historia parcial, con constantes zigzagueos entre la media verdad… y la mentira.
Barcelona, al menos desde un punto de vista institucional u oficial, es obvio que se siente incómoda con su condición española innegable (como es innegable su condición catalana), o parte del amplio munod hisponahablante, o de las relaciones tan fuertes que tiene con Madrid o Andalucía (muchísimo más establecidas que, con Suiza o Estocolmo… que son superficiales y escasas).
Ahora, la que fuera la gran capital comercial colonial, está vivienda también un boom latino, y es que la historia siempre emerge, como un río que intentas contener. Qué harán los narradores de la historia oficial de la ciudad ¿negarlo?¿venderlo como un intento de Madrid de difuminar su realidad?
Creo que si en Madrid se hiciera un vídeo así, saldría en los periódicos.
Madrid puede cargarla a un nivel más de gestión (no hay planes metropolitanos, no hay una política urbanística sólida, no hay procedimientos para asegurar la calidad arquitectónica, etc). Pero son problemas “superficiales” (aunque con consecuencias reales y tangibles en el día a día de los madrileños). Vamos, con Gallardón desaparecieron.
Pero los problemas que tiene Barcelona son mucho más profundos y difíciles de solucionar, puede que ni con cambios de partidos.