En concreto, han estado en los Astilleros del Guadalquivir, empresa que conserva la actividad tradicional del polígono y que tiene garantizada la actividad para todo el año con distintos contratos de reparación de barcos. También a compañías empleadas en el objetivo que se ha marcado Monteseirín para la Zona Franca: la energía verde. En concreto dos: TECADE, dedicada a la fabricación de estaciones eólicas y que actualmente prepara un envío a Virginia (EEUU), y GRI Tower, que se encuentra fabricando torres eólicas submarinas para el Mar del Norte. Entre las tres suman una facturación superior a los 100 millones de euros y casi 700 trabajadores.
Monteseirín ha confirmado que el polo empresarial está confirmando su proyección a futuro: “Las empresas que tenemos aquí están consiguiendo importantes contratos, podemos decir que la Zona Franca tiene viabilidad a futuro”.
Por eso, ya deja ver que la zona, atractiva para empresas exportadoras por las ventajas fiscales que presenta a las compañías que plantan su base allí, seguirá creciendo: “Esta colmatando los espacios principales del polígono, aunque siempre hay sitio. Siguen llegando empresas interesadas en asentarse aquí, por eso empezamos a pensar en una ampliación de la Zona Franca. No sé si al puerto o a otros espacios metropolitanos”. La posible ampliación, por el momento, es una intención real para la que no han ofrecido plazos.
La actividad del Puerto de Sevilla aporta un 3% al PIB de la ciudad.