Fotos que hice en el Dom-Römer, el centro de Fráncfort reconstruido hace unos años.
Sentimientos encontrados. Por un lado, detalles hechos con mucho mimo (además, todo el pavimento, impecable ¡y que es de adoquín!).
Pero es extraño, tras varios años sigue sin desaparecer el efecto decorado…
Luego había detalles que te recordaban brutalmente que no estabas en un encantador centro histórico, inevitables: salidas de aparcamiento, cuartos de instalaciones, salidas de ventilación…
Es un problema extendido en toda Alemania, y parece no se ha tenido en cuenta en esa operación, y es la paulatina muerte del centro histórico de las ciudades y pueblos.
En el caso concreto de un dinámico y próspero pueblo no muy lejos de ahí, sé que hace 100 años, con cuatro veces menos población, contaban con una treintena de tabernas y bares. Hoy queda una.
Pues en vez de pegar un golpe de timón con esta operación, se ha eludido. Sería extraño ver en, por ejemplo, una ciudad española o italiana, ejes comerciales históricos sin bajos aprovechados para comercios. Eso es habitual en la actuación.
Pero parece que en el barrio original, todo estaba repleto de comercios y locales.
Fuente: Carl Friedrich Fay, Carl Friedrich Mylius, Franz Rittweger, Fritz Rupp:
Bilder aus dem alten Frankfurt am Main. Nach der Natur. Verlag von Carl Friedrich Fay, Frankfurt am Main 1896–1911.