A mí lo que más me quema es el torpedeo constante de los debates.
Los análisis y conclusiones de distintas ciudades, proyectos y planes raramente son “todo mal” o “todo bien”, y se pueden ir precisando matices (“la intención es buena”, “la propuesta es mejorable en tal”, “el proyecto está bien ejecutado y es pintón pero olvida otros problemas del lugar”…). Convertirlo en una pelea de hinchas de fútbol, aportar no aporta mucho.
Sospecho que lo hacen aposta, y no es gente tan limitada.